No me llames india porque no lo soy. Soy la hija de una estirpe de rudos navegantes de crímenes bestiales e insanos vicios. No me llames india porque llevo en mis venas sangre guerrera Lenca derramada por la resistencia bajo el yugo de la espada roja y el grito de conquista española. Soy el producto del feroz látigo de las cadenas eternas y la violación hacia mi madre indígena por mi padre soldado español. Soy la hija de la angustia, del dolor y desesperación de un pueblo forzado y exterminado por la unión de dos coronas los reyes católicos de Aragón y de Castilla para adorar al Dios de los blancos. No me llames india porque no lo soy. Soy esa descendencia de ojos verdes y de piel canela de trenzas largas y pómulos salientes de piernas fuertes y manos ágiles. Soy la otra España el parto de dos culturas la sangre mezclada la nueva idiosincrasia la nueva esperanza de una nueva nación. No me llames ind